Llegada a Anchorage

Lu: Ya llevamos dos noches luminosas en Alaska y comienzo a sentirme como en casa. Ya casi tenemos resueltos los detalles y los olvidos de ultimo momento, listos para lanzarnos al camino cuando Mario llegue. La gastronomia local es extraña: fuimos a pedir una pizza de dos pisos en un local, pero nos la entregaron cruda, al parecer se toman muy en serio el lema de "do it yourself". La pizza cruda nos acompaño a otra pizzeria y a un tour por las tiendas de bici y camping a las que entramos, para al final inflarse de manera extraña debido al calor.
Anchorage es una ciudad con todas las comodidades de la vida moderna, por lo que aun no nos hemos sometido a los rigores del viaje. De hecho parecemos cerdos en engorda, consumiendo productos carnicos diario y viviendo el hogar fuera del hogar que es la casa de los Kuster, aquienes les estamos infinitamente agradecidos por compartir su calor con estos viajeros en ciernes.
Alex: En este tercer intento para compartir en el blog (que esperemos no se nos vuelva a borrar) solo quiero escribir acerca de lo contento que estoy de estar aqui, acogidos por una muy bella familia hemos estado conociendo Anchorage, disfrutando del paisaje que es casi irreal y preparando los ultimos detalles antes de partir. Hoy comimos pizza en cantidades bestiales, erramos en un par de traducciones, reimos mucho y compramos equipo en tiendas que me volvieron a hacer sentirme como niño en Navidad visitando los juguetes en la Colonial.
La luz de noche me mantiene encantado, los matices que hay a traves del dia son un detalle mas por el cual sentirse alegre, pareciera que este lugar no quiere dejar de presumir sus encantos por ningun momento. Ojala pudieras ver esta luz mama.
Me despido aqui por hoy con un cielo rosado de medianoche, saludos todos y un agradecimiento enorme a Daniela, Daniel, Kayla y Ana por abrinos sus puertas de esta manera. Realmente maraviloso, muchas gracias por su atencion y afecto.
Pablo: bueno pues no hay mucho mas que yo pueda decir, solo que como dice lu, el verdadero viaje aun no comienza. Todavia me siento dentro de la burbuja de proteccion que genera la idea de tener todo al alcance de la mano en cualquier momento. Ello nos abstrae, creo yo de la experiencia empirica pura de la via, y es eso lo que busco recuperar en este viaje, sentir las cosas con las que nos relacionamos y no solo consumirlas sin mas. esperamos, por el moemnto, en la calida vispera de un viaje prometedor hacia las profundidades de cada uno de nosotros.